Si
estás estudiando y deseas generar ingresos a través de un emprendimiento, pero
quieres que te aconsejen para llevarlo a cabo, estás en el lugar indicado. A continuación,
te ofrecemos unos cuantos consejos sobre cómo puedes llevar una vida escolar y
de emprendedor al mismo tiempo.
Quítate el miedo y la pena
Difundir
tu idea de negocio requerirá de esfuerzo, pero una barrera a romper será tu
propio miedo. Este es normal, no obstante, tienes que controlarlo de alguna
manera. Los empresarios exitosos saben diferenciarse del resto de sus
compañeros porque conocen qué quieren hacer y adónde llegar. Si deseas que se
popularicen tus invenciones, tendrás que acabar con las inseguridades que existen
en tu mente. Considera que, de acuerdo a un artículo de disruptivo.tv, lo más
peligroso para tu idea eres tú, ya que puedes convertirte en el que le cierre
las puertas antes de tiempo. Además, acuérdate de que puedes proteger tu idea,
hasta cierto punto, echando mano de las oficinas de propiedad intelectual del país.
Genera un ambiente saludable entorno a tu propuesta de valor
Tu
idea necesita satisfacer una necesidad, para ello, tiene que estar en un
ambiente mercantil y creativo. Aprovecha que te encuentras en una atmósfera académica
con personas con distintos perfiles y conocimientos e inspírate. Explora y
combina posibilidades para conformar un ecosistema tal que tu propuesta de valor
reúna las características precisas para que tu target perciba que no solo quieres
comercializar, sino que ansías conectarte con él a través de un producto o un servicio.
Esto elevará sus probabilidades de aceptación y te permitirá realizar una
proyección sólida sobre cómo tienes que desarrollar tu idea a corto y largo
plazo.
Mantén pulida tu idea de negocio
Agregarle
elementos diferenciadores a tu propuesta de valor es vital, no solamente para
crear un vínculo con los clientes, sino para que se sientan satisfechos con el
producto o el servicio que les ofrecerás. El artículo “El Cliente satisfecho”
asegura que el fin de cualquier organización es maximizar el beneficio,
mediante la fabricación de clientes felices y fieles. Tus compradores pensarán
que hicieron una buena compra. Tú, como emprendedor, debes empezar a conocer
cómo generar ese resultado con precisión y excelencia.
Aplícale tus conocimientos
Aterriza
tus estudios a tu idea. Si formas parte de una carrera de ingeniería, podrías
determinar cómo hacer más eficiente cierto segmento de tu cadena de valor. Si estudias
alguna carrera relacionada con negocios lograrías emplear alguna herramienta
que te han enseñado en clase, como las Cinco Fuerzas de Porter, con el fin de
que tu producto crezca en calidad y eficiencia. Obviamente, esto dependerá de
tu línea de saberes. Por ejemplo, Nick D'Aloisio se convirtió en millonario con
tan solo 17 años mientras aún asistía a clases en el Kings College de Wimbledon.
Él aprendió a programar a una edad temprana y continuó incrementando sus
habilidades en esa área hasta que logró desarrollar una aplicación para móvil llamada
Summly. Esta app ayuda a sintetizar
las noticias y a facilitar su lectura en artículos informáticos. Se convirtió
en tendencia, así que en el 2013 DÁloisio la vendió a Yahoo!
Ten una agenda
Distribuir
tu tiempo para balancear tu vida estudiantil y tu emprendimiento es importante.
Crea una agenda, con la cual podrás reservar espacio para tu negocio. Juan
Manuel Rogel, un profesional en administración de empresas, sostiene que una
hora al día, o bien los fines de semana, puede ser un buen lapso de tiempo para
dedicarle a tu trabajo. Sin duda, calendarizar tus labores y fijar deadlines evitarán que descuides otros
aspectos de tu vida igual de relevantes.
Finalmente,
no tengas miedo de fallar. Hay innumerables ejemplos de emprendedores que
supieron sacarle provecho a su idea, logrando transformar su situación
económica y ayudando a sus familias. Que el miedo a fracasar no te desaliente ¡Crea,
mejora y disfruta del proceso!
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